lunes, 5 de octubre de 2015

LEANDRO FERNANDEZ, REBELDE CON CAUSA

(Nota publicada en el periódico "El Progreso" - octubre 2015)
Detrás del goleador de Godoy Cruz en el campeonato y héroe de la victoria en el clásico cuyano disputado el mes pasado en la fecha de los clásicos, se esconde una historia de vida que pocos conocen. «Estoy pasando un lindo momento y tengo que mirar para adelante porque el pasado dolió mucho», contó. Pase y lea.

Junto a su mujer Tamara, el pequeño Romeo (un bulldog inglés) y su inseparable compañero, el mate, Leandro Fernández le abrió las puertas de su intimidad a los lectores de "El Progreso".

Si la vida se escribe en capítulos, Leandro Miguel Fernández está viviendo uno de los mejores episodios de su corta carrera como futbolista. 

El goleador de Godoy Cruz, héroe y autor del doblete que le dio un extraordinario triunfo al Tomba en el clásico de Cuyo, vive un presente lleno de gloria. 

Sin embargo, no todas fueron flores en su camino. Así en la vida como en el fútbol, debió sortear algunas espinas. Dueño de un pasado flemático, las circunstancias de la vida lo obligaron a crecer de golpe. Y a los golpes...

El Zonda sopla intensamente en Mendoza, pero no es motivo suficiente para cancelar la charla pactada. Sentado en la mesa de su coqueto departamento, Leandro se pone cómodo y distribuye el mate con la eficacia con la que suele asistir a sus compañeros cuando retrocede unos metros en el campo de juego. 

«Estoy con el mate todo el tiempo. Concentro con ‘Pol’ Fernández, pero tomamos siempre con Gastón Giménez, Luis Jerez y Gonzalo Díaz», cuenta mientras sirve uno con el estilo inconfundible del buen cebador, una tradición familiar que heredó en su Santa Fe natal, donde se gestó la legión de los Fernández futbolistas, delanteros y goleadores como él. 

«Somos diez hermanos. Vengo de una familia muy humilde del barrio Yapeyú de Santa Fe. De chicos nos venían a buscar para ir a jugar los torneos barriales. Eran tres o cuatro que contaban siempre porque íbamos a cualquier hora. 

¿Si se jugaba por plata? No, sólo había trofeítos, pero nosotros éramos felices, salíamos campeones siempre. El equipo se llamaba ‘los Semenewicz’ y la pasábamos muy bien. De la familia éramos como cinco o seis, iban también mis primos. Completábamos el equipo entre todos los Fernández, je», recuerda. 

-¿Eran tiempos en los que había que laburar de lo que sea para ganarse el mango?

-Sin duda. Aunque yo empecé a trabajar un poco grande. Laburé con mi tío en un frigorífico y también con otro primo que distribuía electrodomésticos. En realidad, lo hacía para no estar al pedo y para ayudar a mi vieja. 

-¿Y a qué edad te fuiste de Santa Fe a Buenos Aires? 

-Me fui grande a Defensa, tenía 13 ó 14 años. Me llevó Bruno Chimentín, que era el padre del técnico que yo tuve en Colón. En Defensa estaba Miguel Restelli de coordinador. Ellos me llevaron y me bancaron durante dos años. Me daban para el colectivo, para ir a entrenar y para la tarjeta de teléfono para comunicarme con mi familia. Me compraban botines y zapatillas. Vivía en la pensión del club, que también la pagaban ellos.

-¿Costó la adaptación?

-No, siempre fui muy mandado, muy callejero. De hecho, a Santa Fe no volví más. Después que me acomodé, lo llevé a Brian y a Nico. Ahora, mi mamá y mis otros dos hermanos (Juan y Tomy) también están viviendo en Florencio Varela. 

-En Defensa y Justicia alcanzaste a jugar con tu hermano Brian, ¿no?

-Sí, con mi hermano Brian coincidimos una vez. Fue contra Independiente, en la B Nacional, y entramos los dos en el segundo tiempo. 

-¿Quién es el mejor de los Fernández?

-A mi criterio Tomy, que tiene nueve años y es el más chico. Si no se mal acostumbra o se relaja va a ser el mejor de todos, lejos. 

-¿Son todos delanteros?

-Sí, somos todos delanteros, así que va a ser difícil que algún día juguemos todos juntos, je. 

-¿Sos de aconsejar a tus hermanos?

-Sí, trato. A veces me dan bola y a veces no. Ya están grandes y no los veo todo los días como cuando estaba en Varela. Estoy lejos y más de una palabra o un mensaje, no puedo. La distancia te va alejando. 

-¿Cómo vivíste lo que le pasó a Brian?

-Fue un baldazo de agua fría porque sé muy bien lo que es como persona. Cometió un error y ahora no queda otra que bancarlo y esperar la resolución. Esperemos que pueda volver a jugar pronto. 

-¿Lo hablaste con él?

-Sí, cuando jugamos contra Racing, el mes pasado él estuvo acá, lo fui a buscar al hotel y fuimos a comer. Está con ganas de salir adelante, sabe que se equivocó y no tiene otra manera de enmendar ese error que agachar la cabeza y aceptar las consecuencias. 

-¿Qué pensás de los que piden que la sanción, en estos casos, sea mayor a los tres meses?

-Eso lo dicen los que nunca jugaron al fútbol. No tengo nada contra ellos pero lo viven de otra manera. Uno que está en el ambiente sabe lo que se sufre y lo que se lucha para llegar. Aparte tiene mucho que ver la infancia que uno tuvo.

-Igual, tuvo mucha contención por parte de Racing…

-Sí, tanto la dirigencia como sus compañeros, lo ayudaron mucho. 

-Algunos ya te vaticinan un futuro de equipo grande…

-Ojalá, ésa es mi idea y trabajo para eso. 

-Varios hinchas y colegas dicen habitualmente, con respeto, que cuando no se te vuelan los pajaritos sos un gran jugador…

-(Risas) Sí, es difícil que no se me vuelen los pajaritos. Se me sale la cadena, más que nada contra los árbitros, y lo tengo que controlar porque me salgo de los partidos. Mis compañeros también me lo dicen y tratan de calmarme.

-¿Fuera de la cancha sos igual?

-Soy muy temperamental, muy impulsivo. A veces me peleo en los semáforos cuando voy manejando, me tocan bocina y me saco, je. 

¿Qué título le pondrías a la nota de tu vida?

-¿Qué título le pondría?... Estoy pasando un lindo momento y tengo que mirar para adelante, porque el pasado dolió mucho, algo así sería... Se vienen cosas buenas y soy joven. Tengo que disfrutar.

Un golpe al corazón

Leandro, David, Brian, Nicolás, Melanie, Juan Cruz, Priscila, Valentina, Tomás y Martina. Los hermanos Fernández son muy unidos y más frente al dolor que les tocó vivir. Como dice Leandro: «La tristeza más grande de mi vida». El fallecimiento de David es una huella en el corazón.

«El golpe más duro de mi vida fue la muerte de uno de mis hermanos. Hoy tendría dos años menos que yo. Se suicidó en Santa Fe, en 2012. Yo estaba concentrado con Ferro y una hora antes de irme a jugar me llamó mi mamá para avisarme. Fue el día más triste de mi vida. De aquel momento tengo más fuerza para salir adelante. A mi mamá la muerte la afectó muchísimo, pero siempre estuvimos todos para acompañarla, hasta el día de hoy. Con mi papá, que vive en Santa Fe, no tengo mucha relación».

Ping pong AL delantero

El mejor técnico: «Tuve varios muy buenos y aprendí mucho de ellos. El Turco Mohamed me enseñó bastante, era chico cuando lo tuve y fue importante».

El socio ideal de ataque: «Con el que mejor me entendí fue con Víctor Piris Alvez en Defensa y Justicia. Yo no hice un gol pero el Negro salió goleador. Sabíamos los movimientos de memoria».

Un lugar que conociste: «Hace poco fuimos con mi pareja (Tamara) a Miami y me gustó mucho. Es un lugar increíble. México también es lindo para jugar y vivir.

En Tijuana, México, no aproveché la chance, era muy joven y no lo tomé en serio. Fue una experiencia que me hizo madurar mucho. Sin duda, es una cuenta pendiente».

Música preferida: «Escucho música santafesina: Sergio Torres, Los Palmeras, Leo Mattioli. Si están pasando Los Totoras también los escucho».

Un amigo en el fútbol: «Nelson Acevedo, hoy en Racing. También Benítez y Lucero (Juan Martín). Vivimos en la pensión de Defensa y pasamos muchas cosas juntos».

Un amigo en Godoy Cruz: «Tengo muy buena relación con Gastón Giménez, Javier Correa y Luis Jerez Silva. A Javier y Luis ya los conocía de Ferro y Defensa y Justicia».

El dinero: «Le doy poca importancia. Por suerte ahora administra el dinero mi mujer. Nunca tuve plata y por eso veo las cosas de esta manera. Si tenía $ 100 me gastaba los $ 100, no pensaba en guardar».

Un sueño: «Me gustaría jugar en la Premier League. Es un sueño y quiero cumplirlo. Me tengo mucha confianza para dar el salto grande a Europa».

Periódico EL PROGRESO

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