viernes, 2 de octubre de 2015

La orquesta La Vidú festeja diez años de tango en el CAFF



La orquesta de tango La Vidú, cruzada por sonoridades contemporáneas y vinculada al rock, festeja 10 años de trayectoria mañana con un concierto que desarrollará desde las 21 en el Caff (Club Atlético Fernandez Fierro) situado en Sánchez de Bustamante 764, del Abasto.

Conformada por Gabriel Bartolomei, dirección, arreglos y violí­n; Leonardo Grasso en piano, Manuel Alejandro Machado en guitarra, Javier Yokoo, Gabriel Adrián Annoni, Gonzalo Rodrí­guez, y Adriano De Vita en bandoneones; Limay Bartolomei y Julián Bartolomei en violines; Lucas Rodríguez en viola; Lautaro Becerra en contrabajo; Carolina Spasiano en violoncello y Facundo Radice en voz, la orquesta oriunda de Florencio Varela tiene dos discos editados.




En este concierto estará interpretando composiciones de sus distintas épocas y adelantando también canciones de su próximo trabajo discográfico, que se aprestan a grabar, y tendrán como invitados a ex integrantes del grupo, como Eliana Sosa primera cantante y fundadora del grupo, Maxi Agüero (cantante), Marcia Manduca (violinista) y Sebastián Agüero (bandoneón), también integrantes de la primera formación de La Vidú.

Además, el guitarrista y ex Vox Dei Ricardo Soulé y el baterista de Almendra, Rodolfo García participarán del concierto para marcar la relación que en estos 10 años La Vidú tejió entre el rock y el tango.

"Nosotros estamos ligados al rock por una cuestión generacional, porque nuestro crecimiento musical fue con el rock, después el espíritu musical nos llevó para otros lados pero el estilo de vida y la actitud del rock la conservamos siempre", asegura Gabriel Bartolomei en charla con Télam, director y fundador de la orquesta que tiene integrantes entre los 16 y los 40 años.

"A nosotros -agrega- nos invade el tango y tocamos nuestro tango, que está teñido por lo que somos interiormente que tiene que ver con el rock, para nosotros esta suerte de puente es algo totalmente natural y creemos que tango y rock van de la mano".
En el ADN musical de Bartolomei están las orquestas de las décadas del 40, el 50 y el 60, pero su contacto más significativo con el género se dio a orillas de un río en Córdoba en compañía del ex Piojo Gusavo Kupinsky.

"Pegamos mucha onda, yo era fanático de Los Piojos, tocaba la guitarra y estaba empezando a tocar el bandoneón y empecé a acompañar a Gustavo y con él fui descubriendo el lenguaje del tango. El me pasó el teléfono de Aníbal Arias que fue guitarrista de Troilo para que tomara clases y después ingresé a la Escuela de Música Popular de Avellaneda donde me elegí el violín y me enfoqué en el tango", cuenta Bartolomei sobre el modo como el tango se cruza con su desarrollo musical.

"Fue -agrega- como volver para atrás porque mi viejo es recontra tanguero, era seguidor de Pugliese y vio a todas las orquestas en vivo y yo empecé a sentir que el tango podía expresarme de una manera que ya no era posible con el rock".

Analizando la escena joven del tango, Bartolomei dice que advierte que "en las propuestas nuevas hay mucha identidad y eso me pone contento porque me parece que es algo verdadero".

"Nosotros -aclara- no renegamos del tango de los 40 y los 50, nos parece hermoso pero tenía otra impronta, nosotros estamos marcados por otras cosas, si bien podemos lograr procesar los genes de nuestros abuelos y de nuestros viejos también pasamos la música a través de nosotros mismos, que tenemos el pelo largo, andamos en zapatillas, fuimos muy golpeados y vivimos en una sociedad con mucha marginalidad".

"Por eso -remarca- nuestro sonido es diferente, es un sonido que sí tiene relación con el rock pero no como algo raro sino como algo natural, no creo que le estemos haciendo mal al tango sino que creo que le estamos haciendo bien, aunque después el tiempo dirá. Nosotros sentimos que el tango ahora es así y lo hacemos de este modo".

télam

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