viernes, 2 de octubre de 2015

El piquete a una empresa que pone en jaque puestos de trabajos en Varela



A pocos días de los violentos incidentes registrados en la empresa Síntesis Químicas de Florencio Varela con la participación de gremialistas nucleados en el Sindicato de  Químicos y Explosivos que se disputan los afiliados, ahora, mantienen en situación de jaque a otra fábrica varelense desde hace por los menos 10 días. Esta situación se registra incluso ante un recurso de amparo judicial.
Los dueños y empleados de una fábrica de la zona de La Rotonda no pueden entrar o salir de una empresa desde hace más de diez días por el sorpresivo piquete del Sindicato Químico y Explosivo de Florencio Varela, que dirige un concejal del Frente Renovador, Miguel Souto.
Lo llamativo de la situación es que el conflicto que mantiene paralizada la actividad fabril es por una cuestión de disputa de afiliados entre este gremio y el de Sanidad, una situación que no resuelve la empresa, sino el Ministerio de Trabajo de la Nación. En definitiva, pareciera que se le pide al patrón que elija qué sindicato debe representar a sus trabajadores, lo cual es un escándalo a todas luces. Para ello, existen sospechosas conexiones entre Souto y un funcionario del Ministerio de Trabajo provincial que pronto será puesto en el ojo de la Justicia. Es un apellido que suena en cada conflicto de este tipo y que podría tomar acciones que aparecen como “ilegales”.
La conclusión a lo que llegan los expertos en relaciones laborales que el bloqueo en estas circunstancias se asemeja más a un “apriete”, a una conducta patoteril que a una medida de fuerza estrictamente sindical.
Y ¿Por qué? Porque existe una lucha intestina entre las facciones de Avellaneda y Varela, y ésta última necesita demostrar poder sindical. Sin embargo, la medida tomada, el bloqueo, suena más a una debilidad que a un poderío, toda vez que los trabajadores de la firma no se suman a la medida de fuerza y hasta denuncian que fueron “apretados” por los sindicalistas.
Este viernes la tensión llegó a la estación de servicios de Alpargatas donde los empleados que querían ingresar a trabajar buscaron refugio ante la imposibilidad de hacerlo. “Nos amenazan con cortarnos las piernas y en la avenida de ingreso a la planta hay un piquete que impide nuestro paso”, señaló un trabajador a Infosur ayer a media mañana.
Pero como en el ámbito gremial y en el político – en realidad en ningún ámbito - las casualidades no existen, esta medida de acción directa ejercida “aparentemente” contra una empresa pareciera ir más en la dirección de una “advertencia” a otros sectores.
Porque esta situación coexiste con una campaña política, en la que se disputan los poderes del Estado, tanto Ejecutivo como Legislativo. Las acciones gremiales, los conflictos por lo general, tiene la ambición de la superación de la clase trabajadora y en ese sentido son motor democrático de la sociedad.
Sin embargo, en este caso la cuestión se encuentra desvirtuada, totalmente, utilizando medidas que podrían ser útiles – acompañadas de otras - en casos extremos, pero que al ejercerse para objetivos que no se condicen realmente con una reivindicación efectiva de los trabajadores, se la bastardea y se la banaliza.
Cuando se banalizan las acciones gremiales para fines que importan una mera oposición política sin consenso colectivo, ni propuesta real, se traslada al imaginario colectivo la peor imagen del sindicalismo, mellando, fuertemente, la utilidad del trabajo sindical, lo que implica en definitiva ejercer conductas antisindicales y denostadoras del ejercicio gremial y por ende antidemocráticas.
Y como si fuera poco, la conducta antisindical tiene un condimento extra. Según sostienen otros empresarios de la zona, a los que no se les impide el paso, militantes del Frente Renovador cercanos a Souto prometen asfaltos, cloacas y mejoras en la zona para “cuando accedan al gobierno municipal”.

EL DATO
La Justicia otorgó un recurso de amparo para que la planta pueda funcionar pero los gremialistas la burlan cortando el acceso a varias cuadras.

La sangre y la química
El 18 de septiembre la planta que en Florencio Varela posee la empresa Síntesis Química fue escenario de un otro capítulo de la barbarie sindical, oportunamente publicada por Infosur. Un grupo de unos cuarenta sujetos identificados con el Sindicato de Químicos y Explosivos tomaron por asalto el predio de la fábrica en la madrugada del viernes. Según las primeras informaciones de voceros policiales, ingresaron a los tiros y mantuvieron privados de su libertad a los empleados de seguridad a quienes despojaron de sus chalecos y camperas que mostraron después como trofeo de guerra.
Según las primeras aproximaciones todo comenzó por una interna gremial entre las facciones de Avellaneda y Florencio Varela (en este distrito un dirigente gremial es concejal del Frente Renovador, Miguel Souto) que se disputan los afiliados de la empresa. Unas 21 personas fueron detenidas por los incidentes en Síntesis Química, tres de los cuáles son menores de edad, tienen 16 años y son los que, según el parte policial, llevan armas. En tanto, el resto es mayor de edad pero se identificaron ante la policía como “desocupados”. ¿NO tienen que estar empleados para afiliarse a la entidad gremial? Todo hace sospechar que forman parte del famoso grupo de choque que algunos dirigentes gremiales en prácticas nefastas contratan por unos pesos. ¿Será este uno de los casos? ¿Miguel Souto, del gremio y concejal, tendrá algo para decir?
Mientras tanto el mismo sindicato posee prácticamente de rehenes a empleados y directivos de otra fábrica local que permanece ocupada hace una semana sin que la Justicia y el Ministerio de Trabajo que dirige Carlos Tomada hayan intervenido. ¿Quién se anima a ponerle fin a los violentos? Alguna vez habrá que empezar.

infosurdiario.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario