En su discurso, ocho veces Cristina Fernández de Kirchner lo llamó por su nombre de pila. “Como había dicho Daniel”, “¿Te acordás Daniel?”, “Recién hablaba con Daniel”, fueron algunas referencias de una muestra de cariño presidencial nunca vista en los 8 años en los que ella ha sido jefa de Estado y el otro, gobernador bonaerense. Ni siquiera en las últimas semanas, en plena cristinización del sciolismo y viceversa, desde que entronizó por decantación zanninista al ex motonauta Daniel Scioli como único candidato presidencial del Frente para la Victoria. Hasta ahora la saliente mandataria hablaba de sus “sucesores” en términos genéricos.
Todo cambió ayer en Cañuelas, en la quinta y última inauguración de la Autovía 6 desde el pasado diciembre, 180 kilómetros que la gestión naranja proclama como su obra vial cumbre (la pagó al final $ 2.500 millones, luego de ser adjudicada post-aprobación de un bono en 2013 por $ 1.391 millones). Rodeada de la plana mayor K sobre el escenario, en plena etapa de reencuentro entre la Casa Rosada y La Plata, no sorprendió que una de las ocasiones que Cristina Kirchner citara a Scioli fuera para halagarlo. Minutos antes, en el discurso del gobernador (hace años que no oficiaba de soporte oratorio presidencial), la Jefa de Estado llegó a pararse para aplaudirlo. Inédito.
“Estoy muy contenta también por un anuncio que hizo Daniel y que yo se lo quiero reconocer”, comenzó tirando flores la Presidenta. Y se explicó: “Ha anunciado que va a crear el Ministerio de Derechos Humanos a nivel nacional, y la verdad que quiero agradecérselo, en nombre de todas las organizaciones de derechos humanos, de las Madres, de las Abuelas, de los Hijos, de los familiares”. Tres días antes, de recorrida por Neuquén con el Señor 5 Oscar Parrilli y el camporista Andrés “Cuervo” Larroque, Scioli había anunciado que la actual secretaría subiría de rango. Un mensaje destinado al núcleo duro K que aún a pesar de todo lo mira con recelo (todavía tiene una cita pendiente con su ex feroz crítica Hebe de Bonafini).
Para esquivar nombres y apellidos de su eventual gabinete, Scioli desvía la atención spoileando el organigrama de su futuro gobierno, una estrategia que choca con su “Autoperativo Humildad”, que exige a su equipo trabajar como si fueran 20 puntos debajo de las encuestas. A principios de mes, en una mesa con representantes de las cámaras del sector, analizó la creación de “Transporte y Logística”. De esta manera, partiría la cartera que actualmente conduce su ex rival interno Florencio Randazzo, recuperando “Interior” el rango ministerial. Se descuenta que su principal despacho lo ocuparía un gobernador que se despida el 10D.
Como una parte de Logística corresponde a la actual cartera de Planificación Federal, en manos del otrora superministro Julio De Vido, en La Plata se analiza terminar de desmembrarlo, ascendiendo la actual Secretaría de Energía, que con un nuevo peso estaría encargada de transitar el campo minado de los subsidios.
Una semana atrás, al intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, Scioli le prometió otra cartera. “Me propongo crear el Ministerio de las Ciudades y Territorios”, le anticipó, copiando un modelo de su ídolo brasileño Luiz Inacio Lula da Silva. El mismo jefe comunal, junto al hermano del gobernador José “Pepe” Scioli, suenan para esa silla que trabajaría con la primera línea defensiva de la política.
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