viernes, 17 de julio de 2015

Familia quilmeña demandará por “abandono de persona” a una clínica privada de Quilmes Oeste tras la muerte de un familiar



El sábado 27 de junio de 2015, aproximadamente a las 8:30 hs, Irma Guana, de 72 años, tuvo una descompensación y se cayó de la cama en su casa de la localidad de Florencio Varela, presentando los síntomas de haber sufrido un ACV. Como es afiliada a PAMI, su familia llamó inmediatamente al servicio de emergencias de dicha obra social para pedir una ambulancia.

De partir de allí, un verdadero calvario comenzó para esa familia, pues tras cuatro horas de espera, y múltiples llamados reiterados para reclamar la llegada de la ambulancia (que nunca llegó) con gran esfuerzo lograron finalmente llevar de manera particular a Irma a la Clínica Calchaquí del distrito vecino de Quilmes (Calchaquí y Lamadrid, Quilmes Oeste) el cual le correspondía por la cobertura de PAMI.
A las 13:30, en la guardia del nosocomio privado, el médico de aquella área le dio un insólito diagnóstico a la familia de la paciente, a quienes, según afirman, les dijo que tan solo se encontraba “en estado de confusión” y que podría volver a su casa dado que sería “lo mismo” si se quedaba en la clínica o en su casa. Los familiares insistían en que la internen diciendo que podría tener un posible ACV, pero los médicos sostenían su postura de un “estado de confusión” y decían que, la única forma de comprobar que se trate de un ACV sería haciéndole una tomografía: en la guardia no querían dejarla internada, y ante la insistencia de los parientes de Irma, los médicos argumentaban que no podía quedar internada allí porque no había neurólogo y el tomógrafo “estaba roto”.
Tras una larga discusión, finalmente a las 16:30 hs aceptaron a Irma en la clínica, dejándola internada en Terapia Intermedia. Antes de ese momento, durante todo el tiempo la paciente estuvo en una silla de ruedas en la guardia.
El día lunes 29 de junio, Irma se hizo la tomografía en el Sanatorio Bernal. Ese día, debía verla el neurólogo en la Clínica Calchaquí. A las 13:30, a las 16:30, y a las 18 hs, los familiares esperaron al neurólogo, pero este se demoraba con distintas excusas que eran vertidas desde la administración del nosocomio privado. A las 20:00 los familiares de Irma dieron su ultimátum: instaron a que el neurólogo se presente, porque si no, llamarían a la fiscalía a radicar una denuncia. A las 20:15, el neurólogo finalmente apareció.
El neurólogo, Dr. Rivas, vio a la paciente y pidió que se le haga una resonancia magnética para chequear si se trataba de un ACV y de un posible tumor cerebral.
Aquí comenzó el segundo calvario para la familia Gauna: el martes 30 de junio se dirigieron al PAMI en Bosques para pedir la autorización de una resonancia magnética. Estos aseguraron que enviaron el pedido al Hospital Interzonal del Cruce de Varela para hacer la resonancia allí. Sin embargo en el Cruce desmintieron esto, pues dijeron que no tenían dicho pedido hecho. Mientras desde ambos lados se responsabilizaban  arrojaban la responsabilidad mutuamente, con múltiples llamados de la familia Gauna de por medio, finalmente PAMI les dio una “orden alternativa” para hacer la resonancia en otro lugar.
Mientras, el martes 30 de junio, en la Clínica Calchaquí, la salud de Irma se agravaba y era derivada a Terapia Intensiva. Al día siguiente, los médicos dijeron que la resonancia magnética se debía hacer en el Hospital Interzonal del Cruce de Varela, porque el doctor del área de terapia intensiva pedía que sea con anestesia.
Los familiares insistieron en PAMI y en el Cruce para que se realice allí. Recién el viernes 3 de julio, se autoriza la resonancia en el Hospital Interzonal. Una ambulancia de la Clínica Calchaquí traslada a Irma hasta el Hospital del Cruce, y la dejan allí, en un lugar común (venía de Terapia Intensiva).
En el Cruce, una vez más se negaron a hacer la resonancia alegando que faltaba la Historia Clínica. Tuvo que ir un familiar en remis hasta la Clínica Calchaquí a buscarla. A todo esto, transcurrían las horas con Irma afuera de la Terapia. A las 16:30 llegó la Historia Clínica, pero nuevamente se negaron a realizarle la resonancia, argumentando esta vez que la Clínica Calchaquí debía enviar un médico que estuviera con la paciente durante la realización del estudio, ya que sin esto, no se lo harían. Allí se terminó todo, pues -según dijeron los Gauna- la Clínica Calchaquí no tenía médicos disponibles para acompañar a la paciente, por lo que nuevamente una ambulancia del nosocomio privado la llevó a internarse, sin haber tenido posibilidad de hacerse la resonancia magnética.
Cinco días después, el miércoles 8 de julio, desde la Clínica indicaron que Irma tenía una “leve mejoría”, y por ello fue derivada de terapia Intensiva a “sala común”. En ese marco afirman que les dijeron que el día lunes 13 de julio se le realizaría la tan esperada resonancia magnética en el Hospital del Cruce. La mejoría no fue tal, y el estudio nunca pudo realizársele, pues el domingo 12 de julio, a las 2:30 hs, Irma Gauna falleció: la paciente, que estuvo dos semanas “bajo la lupa”, nunca contó con la posibilidad concreta de realizarse dicho estudio con el cual se sabría el grado de tumor, ACV, cáncer o lesión cerebral que realmente tenía. Por todo esto, la familia Gauna decidió dar su testimonio para que esto no vuelva a ocurrir, a la vez que señaló que llevará adelante acciones legales contra el nosocomio privado por “abandono de persona”.

N.d.R: el relato de los hechos se basa en el testimonio de la familia Gauna, quienes atravesaron este lamentable episodio que concluyó con la pérdida de su ser querido.

lamiradadequilmesoeste.com

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