lunes, 4 de mayo de 2015

Preocupación y quejas de intendentes bonaerenses: Temen perder sus distritos con tantos candidatos en danza

Lo que comenzó como un malestar subterráneo se convirtió en un reclamo cada día más visible. Los intendentes bonaerenses del Frente para la Victoria, pieza clave de la ingeniería electoral del kirchnerismo, están molestos y ya no lo ocultan. La razón: los intranquiliza poner en riesgo su cuota de poder.

Los jefes comunales del conurbano, de la primera y tercera sección electoral, las más pobladas de la provincia, presionan al gobierno nacional para que no haya más de dos candidatos a gobernador. Lo ideal, según dicen, es que haya sólo uno; si no prospera su idea, están pidiendo libertad de acción para "jugar" con todos.

"¡Están a los gritos!", dijo a LA NACIÓN un colaborador de extrema confianza de uno de los intendentes que pondrá en juego su liderazgo.

Los depositarios de las quejas son el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; ellos son los que intentan contener a los intendentes, aunque el reclamo tiene otro destinatario: la presidenta Cristina Kirchner, quien deberá ordenar la interna, según sostienen los jefes comunales.

Uno de los encargados de transmitir el malestar es el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, que preside la Federación Argentina de Municipios (FAM).

"Muchos candidatos no garantizan más votos. Lo mejor es que haya un solo candidato en la provincia", sostuvo el jefe comunal de Quilmes, Francisco Gutiérrez.

Ese mismo pedido también se extiende a nivel nacional. Por lo bajo, el argumento sobre el que solidifican la protesta apunta a lo que sucedió en la ciudad de Buenos Aires hace siete días. Ahí el kirchnerismo fue a las PASO con siete precandidatos.

"Fue un error. Queremos evitar lo que pasó en las elecciones porteñas. Algunos, incluso, amenazaron a Scioli con ir solos. Si no bajan el número, lo ideal es que no permitan ir a todos con todas las fórmulas", agregaron fuentes cercanas al grupo de los denominados "barones del conurbano".

El actual escenario los tiene nerviosos. Son en total 12 los precandidatos que aspiran a suceder a Scioli: el titular de la Anses, Diego Bossio; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el intendente de Berazategui, Patricio Mussi; el jefe comunal de La Matanza, Fernando Espinoza; el secretario de Seguridad, Sergio Berni; el referente del Movimiento Evita, Fernando "Chino" Navarro; el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto; la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez; el presidente del Grupo Provincia, Santiago Montoya; el viceministro de Desarrollo Social, Carlos Castagneto, y en las próximas horas oficializará su intención de participar en la interna el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

A ellos hay que sumarle al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, que ya avisó que quiere participar en las PASO, aunque -por ahora- es difícil que pueda superar la negativa del Gobierno.

Cuando sólo restan 49 días para el cierre de las listas, los intendentes apuestan a que Zannini y De Vido le acerquen el reclamo a la propia jefa del Estado. Mientras tanto, cada uno avanza con su propio plan electoral. El ministro ya les avisó a los jefes comunales más cercanos -entre ellos, la agrupación de intendentes kirchnerista Los Oktubres, que tiene a Mussi como su máximo representante- que su intención es que no haya más de tres fórmulas en territorio bonaerense.

En los últimos años, los intendentes han tenido un rol preponderante en la provincia con mayor peso electoral. Más si se tiene en cuenta que Buenos Aires representa el 38% del padrón nacional, pero el porcentaje podría subir al 40% si se mantienen las cifras de los últimos comicios..

lanacion.com.ar

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