sábado, 2 de mayo de 2015

FALLECIÓ QUIEN FUERA LA ESPOSA DE UN DIRIGENTE DE LA RESISTENCIA PERONISTA DESAPARECIDO EN LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR Hilda Díaz, la protagonista de una historia de amor y drama



Por Daniel Parcero

Triste noticia la recibida de parte de Yamila, nieta de Haroldo Logiurato. Ahondando en la investigación para mi libro Los trabajadores del Estado, de “los libertadores” a la dictadura de los monopolios, y siguiendo la pista sobre la vida de Haroldo Logiurato, secretario general de la ATE platense en 1958, preso CONINTES, militante revolucionario abatido en un enfrentamiento con fuerzas represivas en 1977, quien permanece en condición de desaparecido, llegué al hogar de Hilda Díaz, en Florencio Varela, quien con algo más de 80 años, mantuvo con éste periodista un extenso diálogo a lo largo de una tarde del pasado invierno.
Por momentos, sentí estar imaginando una novela. Por otros recordaba a Susana Funes, la compañera de Agustín Tosco, y  la cartas entre ambos, cárcel de por medio. Se trataba del relato de dos vidas unidas con pasión por un sueño colectivo.
Haroldo “Yiye” Logiurato, y “Luli” Díaz se conocieron en la primavera  del 58’ en la CGT platense. El con 21 años, de cuna peronista. Frecuentaba la central obrera, destacándose por su militancia en la seccional de la ATE siendo delegado del Policlínico San Martín, dependiente del Ministerio de Salud Pública. En el nosocomio se desempeñaba como inspector, hasta llegar a ser administrador, ya que contaba con el título de tenedor de libros, habiendo cursado exitosamente la carrera de contador público. Desde hacía un año formaba parte de las huestes peronistas juveniles, activando la resistencia, donde poco a poco se suscitarán derivaciones. Hilda Díaz, tres años menor que él, también frecuentaba los salones de la CGT en compañía de su padre, un militante sindical del gremio de los obreros y empleados del Correo (FOECYT), quien la alentaba en su vocación teatral, y la acompañaba a los ensayos que se efectuaban en el lugar, a pronto de debutar con el estreno de "Muertos sin sepultura"  de Jean Poul Sastre. ¡Qué iba a pensar aquella joven hermosa mujer de ojos claros y 24 años, ni ése joven peronista y rebelde frente al atropello a la justicia y el destierro impuesto a su líder de masas, que las descriptivas palabras del dramaturgo francés, puestas sobre aquella obra, llegarían a convertirse en el drama de su vida como parte de la tragedia argentina “Bienaventurado aquel quien cayó de repente en combate y no logró pensar sobre su muerte; bienaventurado, ya que estaba luchando por una causa sagrada que justificó su fin. Porque quien muere sin entregar todas sus fuerzas en aras de la causa para la cual valía la pena vivir, se convierte en un muerto injustificado”. Sin presumirlo, se enamoraron y noviaron siete meses, contrayendo matrimonio en marzo del 59’. En ese ínterin, Haroldo llega a la conducción seccional de la ATE, en tanto Hilda queda embarazada.  El año nuevo, llegará a la casa de los Díaz, con el nacimiento de Hilda Noemí, apodada “Yiya”, y en tres meses, otro acontecimiento impactaría en el hogar de la calle 18 entre 47 y 48, cuando “Luli” se encontraba recién embarazada de su segundo hijo a quien llamarán Fabián: un operativo policial de gran magnitud con efectivos fuertemente apertrechados irrumpe en el domicilio procediendo a detener al secretario general de la ATE, Haroldo Logiurato. De allí en adelante un largo periplo carcelario, y el acompañamiento incesante de Luli por cada destino desafiando las continencias. La intransigencia revolucionario de Haroldo jamás fue un motivo para desalentar aquel amor, que se expresara a lo largo de decenas de cartas que lo describen con la misma pasión libertaria de sus protagonistas. La lucha era una, como sus vidas.
La existencia de dos hijos, hizo que Luli, en determinado momento decidiera tomar mayores precauciones, y las de Haroldo no fueron suficientes. El y su hijo Fabian fueron víctimas del terror de Estado imperante en Argentina en 1977. Luli confirmará en aquel encuentro del pasado año en su casa. “Haroldo es el amor de mi vida”. Hoy fue a reafirmárselo personalmente. Felíz reencuentro. Hasta la Victoria.

infosurdiario.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario