miércoles, 13 de mayo de 2015

DE FLORENCIO VARELA A: "ESTEBAN GASCON"

Nota publicada en el periódico “El Progreso” – Mayo 2015

En reiteradas veces a lo largo de estas páginas hemos realizado notas a varelenses que por sus distintas actividades: culturales, deportivas, sociales, artísticas, etc. han trascendido nuestras fronteras con destinos, algunos de ellos internacionales.

El caso de Daniel Rolón y su familia, que nos ocupa hoy es al menos, bastante particular ya que se trata de una utopía, un sueño quizás, que los puede transformar en los primeros habitantes de un pueblo fantasma que quiere resurgir.


Daniel Rolón pasó más de un año buscando trabajo de casero en alguna zona rural, lejos de esta ciudad.

Retirado de la policía después de dos décadas de servicio y con maña para los oficios, proyectaba una jubilación junto a su familia en un ambiente distinto.

No reniega de Florencio Varela, pero al decir de él: -"Cada vez se está transformando más en una ciudad de cemento, con mucha imnseguridad y perdió ese espíritu de pueblo" -, por eso su búsqueda era hacia algo más natural.

En ese afán se cruzó con el Proyecto Pulpería, una ONG que hablaba de un tal «Esteban Agustín Gascón», pueblo de cinco cuadras por dos y no más de 110 habitantes, a un poco más de 600 kmts., en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires.

El proyecto daba facilidades para la llegada de nuevos pobladores con ganas de trabajar y anhelos de una vida segura y apacible.

Rolón entendió que "Esteban Gascón" los buscaba a ellos.

Ya lejos de Florencio Varela, él y su familia comprobaron que en el pueblo se duerme de un tirón, sin despertarse preocupado ante cada ruido extraño.

Que los vecinos los saludan como si los conocieran de toda la vida y que lo único que ocupa su mente ahora es poner a punto la casa que les cedieron en comodato por diez años.

Daniel Rolón trajo su propio valor agregado: su destreza en los oficios. Plomería, herrería, pintura. Mano de obra que hace falta en el pueblo. Claro, es que ahí la mayoría está abocada a las tareas rurales.

Por eso, una condición que exige Proyecto Pulpería para todos aquellos que se quieran radicar allí es traer un proyecto laboral vinculado con el turismo rural, la agricultura ecológica o, como Rolón, dedicarse a un oficio.

-"Acá tenés seguridad y tranquilidad, algo que hoy vale más que el gas natural o la ruta."- dice Rolón, y recuerda con orgullo «el día en que consiguieron la antena para la telefonía celular, parecería algo extraño, pero es que cuanto más chico es el pueblo, más cuesta conseguir esas cosas».

EL PUEBLO Y SU FUTURO

Gascón está a 60 km por camino de tierra desde Carhué. Allí los antiguos y los nuevos habitantes esperan la llegada en los próximos meses de otras cinco familias: de Rosario, Tierra del Fuego, Avellaneda, San Martín y Capital Federal. Inscriptas en el proyecto hay al menos doscientas.

Gascón quiere servir de caso testigo, de ejemplo multiplicador para torcer esa tendencia que impera en el país: la de esos pueblos abandonados por sus habitantes cuando desapareció el ferrocarril hasta que se convierten en fantasmas de escombros a la vera de la ruta.

EL PROYECTO PULPERIA

Daniel nos comenta: -"Quien moviliza este sueño de recuperar la identidad de aldeas rurales y evitar su desaparición es Leandro Vesco, fundador de la asociación civil Proyecto Pulpería. Su idea es incentivar la vuelta a la vida en comunidad, resaltando el atractivo de esos valores que los pueblos aún conservan: amistad, solidaridad y tranquilidad"-.

Por su parte Leandro Vesco, se incorpora a la nota y nos comenta:  -"La base para revertir ese drenaje poblacional es la cultura y la educación. Por eso el primer paso es la creación de una biblioteca en el pueblo. El segundo da nombre al proyecto: recuperar la pulpería, el centro social. En Gascón, como ambos ya se concretaron, comenzamos el proceso de repoblación y así vamos aportando voluntades, como es el caso de Rolón"-

Vesco dentro de su Proyecto Pulpería, tiene varios estudios factibles y nos comenta uno de ellos: -"Con muy poco la economía se empieza a mover. Con diez turistas por semana que pasen por Gascón, ya está. Lo que queremos también es que quien se quede lo haga por convicción, porque en este lugar ve un futuro"-

Ambos interlocutores coinciden en destacar a quien vendría a ser el mecenas del proyecto Gascón…. Y se refieren a Gregorio Aberásturi. Productor agrícologanadero nacido en el pueblo y que ahora vive en Carhué, cabecera del distrito de Adolfo Alsina, quién cedió en comodato por diez años algunas de sus propiedades en el pueblo: el viejo hotel, que ahora ostenta en sus distintas salas la biblioteca, la pulpería y el almacén de ramos generales; y casas de una planta, cerradas desde hace décadas, para que habiten los nuevos pobladores gratuitamente con el único requerimiento de que:"Quienes las ocupen,  las acondicionen".

Los Rolón recorren cada rincón de su casa: muestran sus planes de recuperar el piso de pinotea, de dejar a nuevo los vidrios biselados, de mantener la estructura de ladrillos a la vista y reciclar esos techos de más de cuatros metros de alto.

De armar un quincho con parrilla, arrancar una huerta y juntar leña para pasar el invierno. Planes impensados allá, en la casa que alquilaban en Florencio Varela.

Mientras tanto hablan de esta utopía de refundar un pueblo. De reconectar ese sistema neuronal con estaciones y aldeas a pocos kilómetros de distancia. Pequeñas luces en el mapa provincial que se ven al costado de la ruta. Que sigan siendo pequeñas, pero que nunca se apaguen.

Periódico EL PROGRESO

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