domingo, 26 de abril de 2015

La justicia que no llega a los más humildes



¿Por qué la justicia se empeña en mirar hacia un costado cuando las victimas provienen de humildes barrios del conurbano bonaerense? Sus familiares no solo deben luchar contra la burocracia, enfrentándose a la triste realidad de que las fiscalías o la policía no investiguen, sino que también están obligados a recurrir a exorbitantes préstamos para pagar onerosos gastos de abogados. Así es el caso de cientos de familias de Varela, que fueron víctimas de la inseguridad que recorre las calles del distrito. En muchos casos, los asesinos de sus hijos, padres o sobrinos están libres sin ni siquiera ser buscados por los crímenes.

Héctor Suárez y su familia llevan más de una década reclamando justicia y el esclarecimiento por la muerte de sus hijos. En el 2003, a los Suarez le mataron a Ariel Oscar de por entonces 21 años. Su asesino fue un menor de edad y todo quedó en las oscuras oficinas fiscales.
El dolor para estos vecinos de KM 26 no cesó en aquel momento, sino que en la noche del 29 de enero del 2012, a plena vista de todo, otro de sus hijos: José Luis, un padre de familia fue apuñalado y casi tirado a una arroyo por delincuentes que intentaron llevarse de su casa en la calle La Cautiva una pileta de lona.
A tres años del asesinato de José Luis, el clamor a las autoridades policiales y judiciales para que dé con los asesinos continúa.

UN CLAMOR INSESANTE
El deseo de obtener justicia que posee Héctor Oscar Suárez por el crimen de su hijo José Luis no desaparece y hoy, a tres años y casi tres meses de su asesinato, la herida no se cierra para los vecinos que mes a mes empapelan las calles del barrio Kilómetro 26,700 de Varela para que nadie olvide el caso.

Todos los 29, Héctor se levanta temprano, sale de su casa, retira las fotocopias con la inscripción "Justicia por José Luis Suárez, asesinado el 29 de enero del 2012", prepara el engrudo sale junto al resto de sus familiares a pegar los carteles con el objetivo de mantener viva la memoria de su hijo, y que de una vez por toda el Poder Judicial dictamine el pedido de captura y detenga de los homicidas.

“En el 2003, me mataron a mi hijo Ariel Oscar de 21 años, fue un menor de edad, y en el 2012 mataron a mi otro hijo, José Luis Suarez cuando le quisieron entrar en la casa de la calle La Cautiva de Km 26” cuenta con mucho dolor Héctor. Y recuerda “fue en la noche del 29 de enero del 2012. Le dieron 27 puñaladas por la espalda y después lo quisieron tirar a un arroyo”.
Héctor Oscar Suárez, uno de los padres del dolor que recorren fiscalas y juzgados, asegura que “el autor material del asesinato de José Luis es mayor de edad y está prófugo. También hay un menor que lo dejaron libre”.
“A José Luis, lo mataron cuando quisieron llevarse de su terreno una pileta de lona. Esos mismos tipos habían querido entrarle en la casa de él” comenta Suarez.

TIERRA DE NADIE
“Km26 es tierra de nadie”, asegura el vecino que en 9 años perdió a dos de sus hijos. Y que no dudó en ir a La Plata “pedí una audiencia con el Gobernador, porque de la comisaria Segunda nadie se movilizó por el caso. Ni les importó, ni les importa la seguridad en el barrio”.
El vecino recuerda que cuando se produjo el asesinato de José Luis, “el comisario de ese momento me dijo usted no se meta en las marchas. Y le dije que iba a hacer lo que fuera necesario porque me mataron a dos hijos. Y como noté que muy poco interés tenían de esclarecer el caso me dirigí directamente a la provincia, donde me atendió un asesor de Sciolí y luego el Ministro de seguridad”. Y sentencia “De la comisaria estamos a cuatro cuadras, y nos sentimos con miedo”.

   
DOS ASESINATOS SIN JUSTICIA

Emilia Cuevas de Suarez, madre de los dos jóvenes, al ser consultada sobre ¿cómo hace para vivir con la perdida de dos hijos? comenta que “la vida en KM 26 después de ser víctimas de tamaña tragedia se hace difícil. Salir a trabajar es hacer un rosario de plegarias para que no te pase nada. Cuando salgo hacia mi trabajo, veo una moto o varias personas juntas, lo llamo a mi marido para que salga a buscarme o a acompañarme. Vivimos a pocas cuadras de la Estación Ardigó y tengo miedo de ir caminando, por eso me tomo el colectivo por una parada”.

"NO VOY A DEJAR DE PEDIR JUSTICIA"

“Lo único que yo pido es justicia por mi hijo” clama Héctor y su esposa. Actualmente, la causa está en manos de la fiscala 2 de Florencio Varela. “Siempre que voy me dicen que todavía no los atraparon” recalca indignado el vecino y asegura que sueña que llegue el dia en que sean detenidos los asesinos de su hijo “uno de apellido Juárez, que sería el autor del crimen, otro de nombre Mario y el que está en la causa pero es menor y lo soltaron es Gómez”.
 

infosurdiario.com.ar

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