domingo, 5 de abril de 2015

Defensa desconcierta y te hace sentir todos los estados de ánimo en 90 minutos. Lo de Saveljich ¡inédito! Las culpas del DT

Tras observar un entretenidisímo partido, me detengo a ver cómo el equipo de Defensa y Justicia está hecho a imágen y semejanza de su DT: desconcierto. Al observar cada partido, como el 3 a 3 con Central, uno pasa por distintos estados desde lo pasional, donde confluyen la angustia, la tristeza, la alegría, la sorpresa, la admiración, el amor, el odio ¡y hasta la impavidez de ver a un jugador abandonar la cancha y, lo que es peor, a sus compañeros por haber cometido un error!. Todo en 90 minutos. En la cabina 1 de Radio Gran Buenos Aires, Gustavo Moyano calificó lo visto en cancha como "jugadores con carácter sobre una base de arena". Y eso es hoy Defensa: puro carácter de alguno de sus jugadores sobre un piso inconsistente a causa de la endeble conducción técnica.
 
Tras cartón, Franco expresó en la conferencia de prensa que la actitud de Saveljich de querer abandonar el barco en pleno partido fue por culpa del público, tras algunos insultos y silbidos. Un paréntesis: no estoy de acuerdo con la hostigación a ningún jugador, pero el recibir alguna reporbación es parte del trabajo profesional de una personalidad pública, y un jugador lo es. Sino, siguiendo el criterio del blondo defensor, cada vez que un oyente o lector me expresa que no le agrada mi opinión debo claudicar en vez de sumar argumentos para reforzar mi idea y, a la vez, oír y aceptar otra visión.
 
¿Por qué Saveljich no disimula sus ganas de abandonar la cancha con una lesión o en el entretiempo, en la intimidad del vestuario? Porque la inconsistencia psíquica del equipo es notoria. La misma que ostenta el DT. El joven defensor merece un descanso tras ese hecho inusual en el fútbol mundial, hecho que dejó perplejos a sus compañeros, al cuerpo técnico local, al adversario y hasta al árbitro, que medió para levantarle el ánimo y rehuyó amonestarlo en unas cuantas salidas bravas. Estuvo bien Franco en bancarlo en éste partido y apartarlo de la zaga central para hacerlo a un costado (el derecho) a la hora de marcar. Pero habla de un capricho casi infantil y hasta tedioso el insistir con éste pibe de titular teniendo a un Juan Tejera consistente en lo anímico, más exquisito y seguro a la hora de la marca y con la anuencia del público, que lo tolerará más ante una macana tamaña, si es eso lo que tanto preocupa al técnico rosarino.  A propósito, Darío Franco debería estar agradecido de los fieles hinchas varelenses, que no caludican ni un instante su aliento a favor del equipo, aún cuando desde el campo de juego no siempre se transmite lo mejor. Y es más: jamás el público local presionó de manera hostil el pasar errático del técnico, algo destacable y elogiable.
 
Este Defensa parece condenado a seguir por la senda dónde cada punto conseguido tiene el sabor de lo épico. En la misma conferencia de prensa, Franco aconsejó a los hinchas a disfrutar de verlo al equipo en Primera. Y está muy bueno el convite, pero también estaría bien que el técnico sepa que la conducción de un plantel no es sólo una idea de juego revolucionaria, sino que incluye también el saber manejar un grupo de profesionales y evitar que sucesos como el vivido éste sábado en Varela con Saveljich no se repitan, ya que el errar un gol es responsabilidad de un jugador, pero la seguridad anímica de cada futbolista es también parte de un todo que se llama trabajo y que lo guía el director técnico. Por lo tanto, Darío Franco debería, además de analizar lo que dice la prensa local en las redes sociales desde una cuenta de Facebook incógnita, dedicarse a un replanteo interno del trabajo profesional como líder de éste plantel. Y en una de esas, como Jesús, éstas Pascuas sea el renacer del "Halcón" de una vez por todas en la presente temporada. Alcanzará con poco: lograr tener una mínima identidad futbolística. O acaso quien suscribe esté realmente errado, y la verdadera identidad del equipo sea el desconcierto. Al menos, mientras Franco sea el conductor.
 
Mientras tanto, bienvenido el punto, los goles y las emociones ¡Felices Pascuas!  

Claudio Blanco
LA CADENA VERDEAMARILLA DEL GOL

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