miércoles, 8 de octubre de 2014

Teatro en gira barrial varelense


 

En horas de la tarde del sabado pasado, en la Biblioteca Popular "Lisandro de la Torre" der Bosques Norte y actuando como anfitrión el señor Juan Carlos Moscatel, se respuso la obra de Zulma Olivetta, "El esquinazo", que como la describe la autora es un libro de cuentos, pero no precisamente para niños:
Lucero, un periodista que cobra vida en el intelectualísimo y muy serio Andrés Falcón, y que tiene el hábito de "estacionarse" en un café de barrio y busca las historias de la gente que pasa por allí: Un recuerdo de juventud, Cassandra, la mujer que sabe lo que va a pasar aunque nadie le hace caso, abre la galería de personajes. En la interpretación, con sutil encanto femenino se lució Melina Inostroza. A partir de un vendedor de diarios, un pibe mal entrazado y muy tímido,se construye la historia del hijo de dos desaparecidos, y luego vemos a su madre adoptiva, una pobre mujer -brillantemente interpretada por Aldana Slopi - que aún no ha comprendido su papel de cómplice de la dictadura, y cree de buena fe que ha rescatado a un niñito sin familia. También aparece en escena la mujer del periodista, una enfermera que cuenta una anécdota de la guerra de Malvinas ocurrida entre la gente simple, en una población que fue considerada "objetivo militar"; un tema que siempre nos han contado de un modo convencional, esta vez es narrado con gracia, como la historia de una niña por la muy joven y bella Aylén Rojas. Refrescando las emociones que se acumulan a través de estas historias, el histriónico Cristian Fernández brinda un "gallego" que está orgulloso de serlo, pero que nos descubre la faceta inesperada de ser un estudiante adelantado que se gana la vida sirviendo en el bar, y que deja de lado ciertos convencionalismos mal llamados modernos para vivir su propia realidad. Luego de esta intervención que arranca risas a los asistentes, aparece una imagen tenebrosa muy bien trabajada por Gianfranco Bertacchini, que realiza un muestreo de conductas que van desde un aparente soñador que se empeña en ocupar lugares de poder para ayudar a los demás, hasta un desesperanzado y cínico traficante. La cadena de simbolismos llega a un punto inesperado cuando Lucero, el periodista, cambia de la aparente realidad que narra, a la dimensión de la imaginación. Deja una puerta abierta a la inquietud manifestándola al analizar brevemente el "nosotros" y los "otros", y a los que por una u otra razón configuran el "arriba" y "los de abajo" de la sociedad. Una intensa lluvia que se precipitó justo al finalizar el espectáculo, no alcanzó a acallar los aplausos y comentarios de los organizadores y el público asistente. Una aventura más para estos grupos que desde la asociación civil "La Conurbana", implementan como disparador de la imaginación el análisis de la realidad por medio del arte teatral. 

R.T

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