domingo, 12 de octubre de 2014

MARIA LAURA D´ALOISIO, UNA VARELENSE RECONOCIDA EN EL MUNDO DE LA GASTRONOMIA

Florencio Varela tiene una hija pródiga en el arte gastronómico argentino y del exterior, que le abrió las puertas de la TV, la docencia y de la posibilidad de poner sus propios restaurantes en la Capital Federal, además de ser reconocida en el ambiente de la gastronomía y culinaria mundial, tan competitiva como noble.

Maria Laura D´Aloisio, varelense de Villa Vatteone, lleva más de 15 años al frente de varios programas culinarios en televisión, donde plasma todos sus conocimientos de mucho tiempo y esfuerzo de capacitación y oficio.

La chef dio sus primeros pasos en el medio y en los trabajos gastronómicos de la mano de Dolli Irigoyen, quien la introdujo en el exquisito mundo del arte culinario y le enseñó muchas cosas que D´Aloisio explica con deleite a los televidentes y a los lectores de sus libros con recetas de autor.


MUCHO ESFUERZO

En una entrevista con este medio, la prestigiosa chef dio cuenta de su actualidad : «soy la mamá del precioso Vicente, sin duda mi mejor creación. Llevo todo muy bien con el trabajo, la TV, mi bebé, mi esposo y mi casa con alegría y mucho esfuerzo para que todo salga bien. Sin descuidar ninguno de los ámbitos».

Para María Laura, Florencio Varela es su lugar en el mundo, pese a que vive desde los 20 en Capital Federal, pero cada fin de semana o momento libre que tiene, María Laura se acerca hasta nuestra ciudad para visitar a su familia. «Florencio Varela es mi lugar en donde nací, donde fui al jardín, donde hice la primaria en la Escuela N° 1, e hice la secundaria en el Instituto Santa Lucía.

La gente de mi ciudad que me conoce de toda la vida celebra y se alegra de mi crecimiento. Tengo todos mis afectos, mi familia, mis mejores amigas. Mis más preciados recuerdos están en Florencio Varela, sin dudas».

Aún recuerda, emocionadas anécdotas vividas con los chicos de Interact y Rotaract del Rotary Club Cruce Varela.

De Florencio Varela a Europa, y de Europa a la TV, a deleitar y enseñar a millones de argentinos televidentes que día a día se divierten con sus recetas idóneas y muy propias, con un estilo que se gestó en el conurbano, y al cual ella siempre vuelve, porque es su lugar en el mundo.

La varelense editó dos libros denominados «Panadería de Aquí y Allá», con co-autoría junto al panadero y pastelero Juan Manuel Herrera y «María Laura», donde presenta y enseña los secretos más interesantes de la cocina de autor.

SUS COMIENZOS

Su carrera comenzó a los 17, cuando conoció en una feria a Dolli Irigoyen. Se le acercó y le pidió trabajo: «De lo que sea», le dijo. Ante tal determinación, Dolli no se pudo negar.

Luego de 4 años, y pese a que sus padres aún no estaban de acuerdo, se graduó en el Ott College en Administración Hotelera y Gastronómica. Más tarde, viajó a Europa.
El plan inicial era quedarse 3 meses; se quedó 11: trabajó en Francia –en Cordon Bleu se especializó en Pastelería y Chocolates–, en Inglaterra, España e Italia y, aunque siempre supo que por ser mujer iba a tener que pelear con fuerza para hacerse un lugar en la cocina, nunca se desanimó.

De regreso en la Argentina, recibió varias propuestas, pero una sola llamó su atención: Green Bamboo, un bar restó vietnamita comandado por nativos y que le exigió perfeccionarse en la embajada de Vietnam.

En 2003 cumplió un sueño: abrió su propio bistró, que lleva el nombre de Florencio, el mismo de su bisabuelo materno, al que no conoció, pero al que aprendió a amar gracias a su madre.

Cuando Alan Faena fue a comer allí –a los seis meses de su inauguración–, no lo dudó: quería que su nuevo hotel en Puerto Madero tuviese un restaurante como ese. Entonces, María Laura se convirtió en la chef manager de El Mercado y en la encargada del room-service.

PARA CONOCERLA MEJOR

¿Cuál es el origen de tu vocación?
-Se despertó a los 7 años, inspirada por mis abuelas: la paterna, italiana y la materna, francesa. ¡Mejor no me podía ir! Con ellas viví tanto los banquetes a lo Campanelli como esas ceremonias sofisticadas con todo el despliegue de vajilla y protocolo. En mi infancia, comer siempre fue mucho más que satisfacer una necesidad primaria: no se veía tele ni se escuchaba radio, se ponía mantel y se elegía qué comer, nunca fue sentarse porque era la hora o porque teníamos hambre.

¿Cómo te iniciaste en el negocio gastronómico?
-Empecé a trabajar con Dolli Irigoyen a los 17 años, cuando todavía no había terminado el secundario. La veía siempre por televisión y un día me enteré que iba a estar en una exposición que organizaba el canal Utilísima en La Rural. Fui con mi mamá y la esperé casi 6 horas: cuando se desocupó, le pedí que me permitiera aprender a su lado.

–¿Qué cualidades debe tener una mujer para entrar en el mundo de la gastronomía?

– Para mí es clave tener claras las metas, buena formación y también visión. Además de perfeccionarme afuera, estudié con los mejores, entre ellos Dolli y Francis Malman. Y nadie me allanó el camino, tuve que hacer de todo, desde levantar una bolsa de 25 kilos de harina hasta pelar un cajón de manzanas.

–¿Qué inspira tu pasión por lo que hacés?
–El amor profundo por mi profesión. La primera vez que cociné fue a los 7 años; era una tarta de puerros, arvejas y jamón que hacía mi madre, una delicia. Yo le dije: «Mamá contame cómo se hace y yo después te llamo para prender el horno». Y así fue.

–¿Tuviste momentos difíciles en tu carrera?
–Tuve muchos. Hace más de 20 años el lugar que tenían las mujeres en esta profesión no era el de hoy. Me pasaban cosas como terminar de cocinar 20 huevos poché y que me los tiraran; o terminar una salsa, ir al baño y que me vaciaran medio tarro de pimienta adentro. Los superé insistiendo, levantándome una y otra vez.

–¿Cuál es la parte de tu trabajo que te da mayor placer?
–Disfruto mucho al darme cuenta que lo que a mí me gusta, por ejemplo algún plato nuevo o una torta nunca hecha antes o una sorpresiva combinación de ingredientes, le gusta a muchísima gente más.

–¿Qué consejos darías a los jóvenes que quieren empezar en esto?
–Les diría que escuchen lo que sienten en el corazón, que se capaciten siempre y que le pongan mucha pasión a todo lo que hagan.

¿Fue una ventaja tu formación en gestión para llevar adelante tu restaurante?
-¡Sin duda! Mirá, cuando le dije a mi papá que quería ser cocinera, casi me mata. Por eso, estudié Administración Hotelera y Gastronómica en el Ott College. También cursé algunas especializaciones específicas en la Universidad de Belgrano, como gerenciamiento y marketing. Aunque no me identificaba en aquel momento con todas esas cuestiones de números y gestión, siempre supe que iba a tener mi propio espacio y me resultaría útil todo ese conocimiento.

–¿Qué es lo que se viene en la gastronomía?
–La próxima tendencia es volver a las fuentes: empezar a comer más sano y a darle de comer ya no solamente a la panza, sino también al alma.

UN LARGO CAMINO DE EXPERIENCIAS

María Laura D´Aloisio se graduó en el Ott College en la carrera de Administración Hotelera y Gastronómica.
Se perfeccionó en Europa y Estados Unidos, en River Café de Londres y River Café New York. En Cordon Bleu de Paris se especializó en chocolates y pastelería centro europea.
En Italia trabajó en el Hotel Roma junto a Giorgio Ridolfi, Chef ejecutivo, y participó siendo Chef Ejecutiva del Restaurante Patagonia, en el Festival Internacional de Música y Cultura Latinoamericana realizado en el Hipódromo Delle Capannelle, Roma.
El Faena Hotel la contrata para crear desde sus comienzos su gastronomía Dejando a su cargo el Restaurante El Mercado, y el servicio de Room Service.
Chef Profesional. Chef Propietaria de Florencio Bistro & Patisserie. Productora El Alba Producciones.                 www.elalbaproducciones.com

Periódico EL PROGRESO

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