lunes, 13 de octubre de 2014

Independiente lo empató en el final, pero se fue con un sabor amargo



Independiente sumó un punto con sabor amargo.
Con un gol en tiempo adicionado al reglamentario Independiente rescató un agónico punto frente al dignísimo Defensa y Justicia al igualar 1 a 1 en el estadio "Libertadores de América" por la undécima fecha del Torneo Transición 2014, pero desperdició una chance de alcanzar a River en la punta.

Mariano Barbieri inauguró el marcador a los 12 minutos del complemento para justificar el trabajo de un equipo visitante que se plantó ofensivamente y estuvo cerca de conseguir su objetivo.

Sin embargo, después de varios cambios en busca de mejorar el funcionamiento, incluso sacando a Daniel Montenegro y Matías Pisano, el ingresado Sebastián Penco estableció la definitiva paridad a los 46 minutos.

El encuentro fue emocionante y jugado con vocación ofensiva por ambos conjuntos. El empate a la postre resultó justo debido a que se repartieron las innumerables situaciones de gol que se sucedieron durante todo el desarrollo del mismo.

La primera parte mostró un trámite de ida y vuelta que permitió advertir la vulnerabilidad defensiva de sendas formaciones y a la vez las serias intenciones que tuvieron de dañarse mutuamente. 

Independiente procuró mantener el control del encuentro en base a la excelente actualidad de su capitán Mancuello (complicó con su pegada en la pelota parada), sumado al aporte en grageas que le puede adosar Montenegro a esta altura de su dilatada trayectoria pero chocó contra la falta de definición de Claudio Riaño y de Francisco Pizzini cuando ambos resultaron llamados a intervenir. Ausente Pisano en la creación, el local dependió en demasía de la inspiración de su jugador y del capitán.

A todo esto Defensa y Justicia evidenció demasiadas grietas en su zaga producto de lo largo que quedaba el equipo al perder la pelota en posición de ataque, situación que invitaba a su rival a lastimarlo pero contó el indudable mérito de intentar agredir a su adversario toda vez que dispuso de campo para avanzar. El aporte técnico de Washington Camacho (de soberbia actuación) y la peligrosidad de sus delanteros Ciro Rius y Brian Fernández le hicieron atravesar momentos de zozobra a la no menos endeble defensa de los de Avellaneda. 

La actuación de su arquero Diego Rodríguez resultó fundamental para abortar varios acercamientos del elenco de Florencio Varela, tan determinante como la descollante tarea de su colega Diego Pellegrino, quien a puro reflejo se convirtió en la figura excluyente de la primera etapa.

En la jugada más clara del período Rius estrelló un furibundo remate que dio en la intersección del travesaño y el palo izquierdo a los 31 minutos pero a decir verdad sería imposible dejar constancia de las incontables situaciones de gol que se fueron sucediendo en esta etapa. El encuentro en ese lapso se disputó sin ataduras ni demasiados condicionamientos tácticos y con el más que saludable propósito de agredirse.

El complemento mostró los mismos objetivos pero el gol de Barbieri apenas comenzado (gran cesión de Camacho para el cabezazo goleador del exjugador de Flandria y Morón) condicionó el planteo de sendos conjuntos. El visitante se retrasó unos metros especulando tomar mal parada a la defensa local mientras que los conducidos por Jorge Almirón fueron ciegamente en pos de un empate que finalmente le dio Penco al aprovechar un rechazo defectuoso de la defensa visitante en las postrimerías del partido.

El técnico local intentó a partir de los cambios potenciar la agresividad de su planteo táctico pero ni Juan Lucero ni Martín Benítez lograron ese cometido. Influenciado por un estadio colmado Independiente ya en desventaja atacó de manera inconexa mostrándose como un equipo que contaba sólo con un cúmulo de voluntades dispersas pero que casi nunca pudo destrabar el nudo que le propuso su complicado rival. 

Defensa y Justicia estuvo a punto de liquidar el encuentro cuando Damián Martínez en una veloz réplica a los 37 minutos del complemento y tras un error en la salida local dilapidó la chance al rematar desviado.

En síntesis, un partido de buen nivel y que terminó premiando la tozudez del equipo de Avellaneda al ir insistentemente sobre el arco rival y en cierta manera castigó el conformismo del elenco del irascible Darío Franco (fue nuevamente expulsado por increpar al árbitro) que se metió demasiado atrás luego de disputar más de dos tercios del encuentro de igual a igual y evidenció una marcada falta de puntería a la hora de liquidar el partido.

ambito.com

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