En sus comienzos supo hacer escuela en la municipalidad y rodearse de influentes que lo catapultaron hasta ocupar el cargo de secretario de obras y servicios públicos.
«Nunca fue peronista, incluso no militó políticamente, era un arquitecto de los cientos que trabajaban en la municipalidad». En realidad Vanrell nunca necesitó la militancia para escalar posiciones dentro del poder municipal.
Su gran salto lo dio con la llegada de las obras a Varela, allá por el 2005 cuando desde el Gobierno Nacional comenzaron a destinar millones de recursos a nuestro distrito.
En sus comienzos Vanrell era carismático, en los pasillos saludaba a todo el mundo y se sentía querido. Su debacle comenzó cuando según aseguran desde el área que conducía «empezó a tener gustos caros».
Durante los años que duró en el cargo Vanrell supo pasar también de un modesto profesional a millonario. Algunos empleados de carrera todavía recuerdan a Vanrell llegando con su viejo 3CV, el cual estacionaba, humildemente en la plaza.
Con los años se lo vio siempre prolijo, con fino trajes, impecables camisas y luciendo un fastuoso Rolex; hoy se ignora su paradero, aún en la nómina de personal bajo el número de legajo 1545 continúa figurando; ahora la pregunta es: ¿seguirá cobrando su sueldo…?
Su última función fue cuando Julio Pereyra lo designó como secretario de Gestión y Modernización del Estado municipal en el mes de diciembre de 2012, en un curioso nombramiento de último momento.
Puesto en el cual no duró ni un año y tampoco se le conocieron trabajos relevantes, más allá de la compra de algunas computadoras. En el mes de noviembre de 2013 el intendente «pateó el tablero» y metió el bisturí a fondo en el gabinete municipal. Dispuesto a dar un vuelco al equipo cercano de gobierno y principalmente por el revés electoral en las elecciones del 27 de octubre de ese año.
Desde aquel día nadie sabe nada de «Tomy»
Periódico ELPROGRESO
Quieren saber algo de Tomy?
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