martes, 12 de agosto de 2014

UNÁNIME RECHAZO A LA ENTREGA DE LA PLAQUETA DE DEFENSA A DIEGO MILITO POR IDEA DE UN DIRIGENTE HINCHA DE RACING


(por Claudio Blanco) La plaqueta entregada en nombre del Club Defensa y Justicia fue idea -desacertada- de un dirigente del club que no pudo, en un máximo de 36 años, despojarse de su fanatismo por Racing y de su admiración por Diego Milito. Todos los que tenemos más de 35 años lógicamente nacimos de "otro" equipo de Primera "A" (yo voy por los 40 y nací de Boca), pero con los años, la profesión y el amor a los colores me hicieron, y a la mayoría también, fanáticos de Defensa y Justicia.
Eso no me impide, desde ya, ser responsable y medido ante la opinión pública que me escucha a diario y eso mismo inculco, al menos trato desde mi experiencia, transmitir al resto del equipo deportivo. Un dirigente -me reservo la publicación de su nombre- debe ser sí o sí hincha de Defensa y, si tiene aún un afecto por otro club lo debe mantener en segundo plano. El entregar una plaqueta a un tipo como Milito -que le importa nada la vida deportiva del Halcón- por el simple hecho de querer sacarse una foto con él y darle el gusto a su familia es, cómo mínimo, una falta de respeto absoluto a la gente y hasta para sus propios pares de la Comisión Directiva (a lo sumo, sacáte la foto en el vestuario visitante o entregale una plaqueta a título personal). Se que tuvo su gran oposición dentro del seno del club, empezando por las máximas autoridades, y que se lo aprobaron porque la plaqueta ya la había pagado, pero fue un gesto que disminuyó a nuestra institución. Hoy estamos nosotros en Primera, y no existen los ídolos más que los propios. Ni los Milito, ni los Cubero, ni los Bianchi, ni los Teo Gutiérrez ni magoya. Solo nuestros jugadores, cuerpo técnico e hinchas. Todos los demás son adversarios, simples jugadores rivales idénticos a los que enfrentábamos en la D, la C, la B o la B Nacional a los que en el Tomaghello hay que hacerlos sentir bien visitantes, no mimarlos como en casa. Esas actitudes demuestran cierto grado de inmadurez profesional -o simplemente sentido común-. Se que ya se lo habrán hecho saber. Confío en que ese dirigente se disculpe públicamente ante sus pares en la próxima reunión, si es que ya no lo hizo. Sólo eso, nada más, una disculpa a tiempo es un gesto de caballerosidad que bien lo vale.

La Cadena Verdeamarilla del Gol

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