sábado, 19 de julio de 2014

¿Por qué la alumna fue armada a la escuela? Lo que nadie contó

La secundaria 10 Lola Mora escenario del hecho que conomocio
Claudia Allerbon, la jefa de educación de F. Varela, no tuvo tiempo de atender a este medio. Las luces destellantes de las cámaras HD de la televisión nacional le demandaron toda su atención. Y aunque el calor de las lámparas la hacía transpirar, cada tanto sacaba de su cartera el polvito mágico para borrar las arrugas. Lo que no pudo explicar es por qué habían pasado dos días desde que una nena de 12 años llevó un arma a la escuela y ella llegaba 48 horas después con el desembarco de los canales televisivos. Tampoco se lo preguntaron.
La noticia de la alumna armada con una pistola calibre 32 con dos balas en la recámara que la mostró en la secundaria 10 de Pico de Oro impactó en todos los noticieros del país. Pero no sorprendió a la comunidad educativa de esa secundaria ni a la que está justo enfrente, la 41, donde funciona la primaria. “Hace un mes que dejé de mandar a mis hijos a la escuela porque estoy muerta de miedo”, contó a Infosur M. B. una madre que viene reclamando más seguridad y contención en la zona. “A mi hija le quisieron vender droga en el baño – señaló – y estoy esperando que alguien venga a visitarme para preguntarme por qué dejé de mandarlos”, subrayó.
UNA POSTAL VIOLENTA
Chicas que terminan a las trompadas en el patio o en la vereda de la escuela. Pibes que se trenzan en batallas campales interminables a la salida del colegio. Menores ganando un protagonismo violento y fojas en las causas penales locales. Esas son las postales que, según la comunidad educativa, atraviesan las dos escuelas desde hace un tiempo. “Hace un mes le pegaron a un compañero de mi hijo, casi lo matan a la salida de la escuela, le pegaron entre muchos”, contó M.B. Eso motivó que suspendiera la escolaridad de los chicos que concurren a “La 10”.
La mujer centra su crítica en la policía que “no concurre a la escuela nunca” y a una banda de Pico de Oro que hace estragos. “Muchas de las peleas empiezan en los boliches los fines de semana, después se terminan a la salida de la escuela, es tierra de nadie”, dice. El fenómeno no aparece en las estadísticas, pero los síntomas son múltiples y basta hilvanar los testimonios de quienes conviven a diario con adolescentes y jóvenes para recoger el mismo diagnóstico: el nivel de agresividad y violencia entre ellos y hacia los adultos creció notablemente en los últimos años y despierta un enorme alarma.
Otro aspecto que señala como preocupante M.B. es la droga que circula con facilidad por la zona. “Muchos de los que van a la escuela son amigos de las banditas, a mi hija le quisieron vender droga en el baño, la verdad que tengo mucho miedo”, subrayó.
ARMADA
El arma era de su padre. La nena concurre al primer año de la secundaria 10. Y aunque la policía y las autoridades educativas se empeñaron en aclarar que   “La chica no refiere situación de amenaza para traer un arma a la escuela, no tiene ningún conflicto con la escuela”, una fuente bien informada sostuvo que la niña le habría declarado a una autoridad escolar que se sentía “amenazada”. Y ese pudo ser el motivo real de por qué el arma llegó a la escuela.
 
El jefe regional de Educación del distrito, Emilio Klubus, informó que la alumna asistió con un revólver calibre 32 con dos balas en su interior, que pertenecía al padre de la nena.
La preceptora del colegio fue alertada de esta situación por una compañerita de primer año de la nena quien, al ser llamada a la dirección, reconoció que traía un arma y entregó la mochila para que ésta fuera retirada de su interior, explicó.
Klubus comentó, además, que al ser convocado a la escuela, el padre reconoció que el arma era suya pero que “no sabía que su hija la había tomado”.
¿QUÉ HACER?
En el contexto de violencia generalizada y a la que Allerbón debería prestarle atención ahora que se fueron las cámaras de televisión, la profesión docente también se convierte en riesgosa, pues son los que a diario enfrentan los problemas. Esos docentes conocen los rostros, saben sus nombres y apellidos y hacen el enorme esfuerzo por contenerlos. Aunque a veces la situación los desborde.
Los representantes gremiales docentes nucleados en el SUTEBA, no le escapan al debate. “Creemos necesario que se ponga el esfuerzo en la prevención de hechos de violencia”, remarcó Ignacio Conceti a Infosur.

infosur.com.ar

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