El ambiente en el edificio de San Martín y Moreno, no es el mejor. Mientras el presidente Roberto Romero sigue descompuesto y el tesorero está tan asustado que hasta ha llegado a decir que teme por su libertad, ayer en fila fueron aportados a la justicia los testimonios de varios empleados del organismo provincial. Claro que la justicia nunca solicitó escuchar a los empleados, pero del mismo modo fueron obligados a contar lo que saben.
Mientras tanto comenzó a circular la versión que una pericia caligráfica podría ser determinante. ¿La impulsará el fiscal Hernán Bustos Rivas? Con esa pericia se conocería con exactitud si las firmas de los cheques son auténticas o falsificadas. Si sucede lo segundo, se darían por verdaderos los dichos del tesorero y del presidente, David Saucedo y Roberto Romero. Pero si las firmas son auténticas la cuestión ya pasa a tomar otro color. Los interrogantes son muchos en la causa. El fiscal los tiene y se pregunta si se trató esto de una simple estafa y sin complicidad interna. ¿O hubo un entregador para apropiarse de la plata de los comedores escolares?
Varela al Día
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