El acusado se negó a declarar ante el fiscal. Su relación con Julia Flammini sigue siendo un misterio Andrés Osvaldo Roldán (38) pasó ayer unas dos horas frente al fiscal que investiga el homicidio que le imputan, pero en todo ese tiempo no pronunció palabra. Se limitó a escuchar la detallada enumeración de los elementos que lo vinculan con la muerte de Julia Flammini, la abogada platense de 29 años que el jueves fue encontrada con 60 puñaladas en un bungalow de Gualeguaychú. Cuentan, quienes lo vieron, que Roldán se mantuvo imperturbable, con un gesto parecido al que tenía el viernes a la mañana, cuando lo detuvieron frente al Corsódromo. En las últimas horas se reunió con su abogado defensor, quien le recomendó que se negara a declarar.
Andrés Roldán vive en Florencio Varela y trabaja en la Universidad Tecnológica Nacional. Pudo ser capturado porque en el bungalow dejó su teléfono celular y sus documentos. Al momento del arresto, se identificó con otro nombre. Sus dos amigos lo reconocieron. Roldán ya fue sometido a un examen físico forense para determinar si presentaba heridas y un estudio criminológico para obtener indicios de un ADN que no fuera el suyo, como pelos y rastros de sangre. También le extrajeron sangre para determinar si consumió drogas.
A las 11 de la mañana entró al despacho del fiscal Lisandro Beherán. Y al filo de las 13 salió, consciente de que lo acusan de “homicidio calificado por el ensañamiento y la violencia de género”, calificación que contempla la pena máxima. Mientras tanto, los restos de Julia Flammini fueron trasladados a la ciudad bonaerense de Azul, donde viven su madre, que es bioquímica, y su hermana Paula (32). Su padre, Carlos Flammini, reside en Berisso y sus otros dos hijos -Abril (21) y Mariano (19)- mantenían una estrecha relación con Julia. La joven abogada se había radicado en La Plata después de cursar la carrera de Derecho en la Universidad Católica y recibirse a los 25 años. Había comprado un departamento en 19 entre 41 y 42, donde vivía sola. ensañamiento Flammini viajó a Gualeguaychú en su auto junto a un amigo, para asistir al recital que anoche ofreció en esa ciudad Carlos “El Indio” Solari. Llegaron el jueves y se instalaron en el complejo termal de la ruta 42, donde horas antes se habían alojado Roldán y una pareja de amigos. El acompañante de Julia fue directo al apart 115, mientras que ella se dirigió al bungalow 23, en el que Roldán estaba solo, ya que sus amigos alquilaron el 22. Qué pasó después, es un misterio. Se sabe que la joven le envió a su amigo algunos mensajes de whatsapp diciéndole que Roldán “se estaba propasando” y que se iba a dar “un baño para ver si se calmaba”. Hacia las 5 de la tarde, los encargados del complejo termal llamaron a la pareja que había llegado junto a Roldán desde Florencio Varela para avisarles que su amigo se había quedado encajado con el auto cerca de la pileta, pero cuando ellos llegaron el muchacho escapó corriendo. Luego remolcaron el Renault Clío hasta la cabaña 23, momento en que el amigo de Roldán notó que la puerta estaba abierta. Entró. Escuchó que corría la ducha. Y al ingresar al baño se encontró con el cuerpo de Julia. El y su pareja la reconocieron como “una chica a la que habían visto en otro recital del Indio”, dijo un investigador. Nadie puede asegurar, por ahora, qué tipo de vínculo tenían la víctima y el supuesto victimario, aunque testigos aseguran que se conocieron en aquel show que Solari brindó en Mendoza a fines de 2013 y que solían verse de manera ocasional. Circuló la versión de que el joven que acompañó a Flammini a Gualeguaychú era su novio, algo que ninguno de los voceros consultados por este diario confirmó. “El se presentó como un amigo”, explicaron. También es un misterio qué fue lo que disparó la furia de quien descargó 60 puñaladas en el cuerpo de la abogada. ¿Por qué tanto ensañamiento?. En la escena quedó un cuchillo de cocina, quebrado.
eldia.com.ar
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