lunes, 7 de octubre de 2013

MILES DE JÓVENES, Y CURAS VILLEROS, AL FRENTE DE LA MARCHA A LUJÁN

En todo el trayecto –entre 10 y 12 horas de caminata– son oraciones y también estrategias para aliviar el paso del tiempo. El grupo de Florencio Varela, por ejemplo, trajo un carrito con parlantes y al “DJ Néstor” para manejar los tiempos: salieron con “salsa”, después pasarán por la cumbia, rock nacional (Charly, Redondos) y llegarán con el cancionero religioso. Los de Trenque Lauquen son más de 600 y vinieron en 11 micros. Todos juntos se preparan antes de salir, en el patio de la Iglesia de San Cayetano. Algunos se alistan como para una maratón, con cinta entre los dedos, vaselina para ciudar los pies y pomada antiinflamatoria.

Ponerse bien. Empezar de nuevo. Confiar. Siempre las palabras son una forma de sanación. Y el mensaje que dan Javi, Lucas, Dani, Sigfrido y el Pipi habla de eso: el pasado que quieren olvidar y el futuro con el que sueñan. El presente, en esta mañana soleada que les tocó para caminar hasta Luján, representa también un ejercicio de autoconvencimiento: un paso atrás de otro para volver a estar bien, para desintoxicarse y dejar de consumir. Este grupo de amigos de la Villa 31, más otro de la 1-11-14 con los padres Charly y Gustavo, salió ayer desde la Parroquia de San Cayetano, en Liniers, para caminar 63 kilómetros hasta Luján, en la peregrinación más convocante del país, que además este año tiene un simbolismo especial: es la primera desde que Bergoglio se convirtió en Francisco.

La imagen cabecera de la Virgen de Luján salió al mediodía, con casi 20 grados, junto a los curas villeros y cientos de miles de jóvenes de los barrios, en medio de aplausos y oraciones. Al cierre de esta edición, los organizadores hablaban de una convocatoria récord.

“Es un momento espiritual muy fuerte. Gente que se había ido de la iglesia volvió, hay más ganas de participar. Los chicos ven un ejemplo en Francisco”, dice el padre Pepe con la gorra roja del Gauchito Gil. El Padre Gustavo Carrara, de la villa 1-11-14, aporta: “Hasta anoche seguimos recibiendo pedidos de los chicos del barrio que querían sumarse a la peregrinación.

Nos desbordaron los pedidos ”.

En todo el trayecto –entre 10 y 12 horas de caminata– son oraciones y también estrategias para aliviar el paso del tiempo. El grupo de Florencio Varela, por ejemplo, trajo un carrito con parlantes y al “DJ Néstor” para manejar los tiempos: salieron con “salsa”, después pasarán por la cumbia, rock nacional (Charly, Redondos) y llegarán con el cancionero religioso. Los de Trenque Lauquen son más de 600 y vinieron en 11 micros. Todos juntos se preparan antes de salir, en el patio de la Iglesia de San Cayetano. Algunos se alistan como para una maratón, con cinta entre los dedos, vaselina para ciudar los pies y pomada antiinflamatoria.

En la mochila de cada caminante hay al menos dos botellas de agua y un par de medias extra. “En lo posible, de algodón”, aclara Lily, una de las peregrinas con más años en el camino, que esta vez irá como apoyo. ¿Qué más? Comida –la mayoría lleva sandwiches, aunque habrá chori a lo largo de todo el camino–, barritas de cereal y bananas: “tengo un kilo y medio en la mochila”, dice Cristian, de la parrroquia Santísima Trinidad de Rafael Calzada. El acompaña a tres chicas: Florencia, Guadalupe y Ayelén, que caminan a Luján por primera vez. Al lado marcha Olga, de 74 años, vestida como para hacer las compras pero convencidísima de que va a llegar. Hoy a las 7, desde las escalinatas de la basílica, Mario Poli presidirá la misa central.

Inter.com.ar

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