sábado, 12 de octubre de 2013

la escandalosa brecha entre lo que cobra el productor y lo que paga el consumidor
















La enorme suba de precios que registró el tomate en las últimas semanas en el mercado local abrió un debate acerca de la escandalosa brecha que existe actualmente entre lo que cobra el productor y lo que finalmente termina pagando el consumidor. Para tener una idea, en el caso del tomate, al productor se le paga apenas 9 pesos por kilo, mientras que el valor en las verdulerías alcanzó en estos días los 50 pesos. Es decir, el primer eslabón de la cadena comercial recibe menos del 20% del valor final del producto.
El problema es que la situación que atraviesa el tomate está lejos de ser un caso aislado ya que se repite en muchos alimentos básicos. Pero, ¿cuáles son las causas de la brecha de precios y quiénes se quedan con la diferencia? En primer lugar, cabe aclarar que este hecho se viene dando en la Argentina desde que el Gobierno nacional diseñó políticas para intentar desacoplar el valor de los alimentos en el mercado local de los vigentes en el ámbito internacional. Así, bajo el slogan de "Cuidar la Mesa de los Argentinos", el kirchnerismo implementó un sistema que perjudicó a las dos puntas de la cadena comercial: por un lado los productores, a los que se les congeló el precio; y por otro los consumidores, que vienen sufriendo incontenibles aumentos todos los años. En diálogo con La Política Online, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Rubén Ferrero, dijo que "hay que desterrar el concepto falaz que tiende a desinformar a la sociedad sobre que los productores son responsables de la inflación". "La diferencia de precios es abrumadora tanto en tomates, duraznos, manzanas, pan, carnes, leche, hortalizas y muchos otros alimentos básicos", aseguró Ferrero, y agregó que "el efecto de todo esto es productores sin renta y consumidores sobrepasados por la inflación". En este sentido, el equipo técnico de CRA comenzó a principios de 2012 un ciclo denominado "De la Tierra a la Mesa" con el objetivo de informar acerca de las distorsiones de precios que existen en la Argentina a causa de las políticas oficiales. Por su parte, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) salieron este jueves a aclarar que "los altos precios al consumidor no son provocados por el productor, sino por las distorsiones que ocurren en la cadena de comercialización". "Los productores solo reciben una ínfima parte del precio que paga el consumidor por sus productos: en la cadena comercial, los precios llegan a aumentar hasta 14 veces desde que salen de las manos del productor", señaló la CAME por medio de un comunicado. En tanto, otros alimentos donde existe una fuerte distorsión es en el limón, donde el productor apenas recibe 65 centavos y el consumidor paga $ 8,99 el kilo (1283% más); y en la lechuga, donde el productor recibe $ 1,20 y el consumidor paga 900% más ($ 11,99). Los grandes ganadores Como sea, hay un actor de la cadena de valor que mira de reojo toda esta situación y viene aplicando, sistemáticamente, aumentos en línea con la inflación real del 25%. Se trata de los supermercados, el eslabón más favorecido por la política de intervención de Guillermo Moreno. Por ejemplo, actualmente el litro de leche en sachet de primera marca en las principales cadenas de supermercados de la ciudad de Buenos Aires cotiza entre 8 y 9 pesos, un valor, inclusive, más caro del que se registra en Estados Unidos y en Europa (al productor se le paga apenas $ 2,20). Pero en los productos donde es más grande el margen de ganancia es en los quesos que no bajan, dependiendo el tipo y la marca, de los 50 o 60 pesos por kilo y se convirtieron de esta manera en alimentos de lujo fuera del alcance de las clases populares. Boicot al tomate En este contexto, la Asociación Consumidores Libres está promoviendo un "boicot al tomate", para que los consumidores suspendan la compra de ese alimento por los "aumentos desmedidos" que sufrió en los últimos días. El titular de la Asociación, Héctor Polino, aseguró que "el kilo de tomate se vende hoy a entre 40 y 50 pesos, más del doble del valor que tenía hasta hace pocos días". En un comunicado, Polino expresó que "frente a esta situación, originada por las heladas que se produjeron en las zonas productoras, y ante actitudes claramente especulativas que se generan en algún eslabón de la cadena de comercialización, convocamos a un boicot". "De esta manera, los consumidores, de forma pacífica pero efectiva, harán valer sus derechos al comprar tomate a un precio justo", afirmó el ex diputado nacional.

 La Politica Online

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